Trastornos de ansiedad: tipos, síntomas y diferencias

¿Sientes ansiedad y no sabes por qué? Conoce los tipos de trastornos de ansiedad y cómo distinguirlos para dar el primer paso hacia el cambio.
Muchas personas viven con preocupación constante, nerviosismo o miedo en ciertas situaciones, pero no saben que puede tratarse de un trastorno de ansiedad.
Lo que no todos saben es que existen varios trastornos de ansiedad, tipos distintos con síntomas parecidos, pero también con diferencias importantes. Entender esas diferencias puede ayudarte a identificar qué te está ocurriendo y dar el primer paso para sentirte mejor.
En este artículo te explicaré de forma clara cuáles son los principales tipos de trastorno de ansiedad, cómo se manifiestan, qué tienen en común, cómo se diagnostican y qué opciones existen para tratarlos. Porque cuanto más entiendes tu ansiedad, más herramientas tienes para gestionarla.
¿Qué es un trastorno de ansiedad?

Tener ansiedad en diferentes ocasiones es algo normal. Todos podemos sentir nervios, miedo o tensión ante ciertas situaciones, como una entrevista, un examen o un cambio importante, nos pasa a todos ¿verdad? Esa ansiedad es adaptativa: nos prepara para reaccionar.
Pero cuando esa sensación no desaparece, se vuelve muy intensa o aparece sin una razón clara, puede tratarse de algo más. Te recomiendo que leas mi artículo sobre qué es la ansiedad para entenderla.
Un trastorno de ansiedad es una condición en la que el miedo o la preocupación son tan frecuentes y fuertes que interfieren en la vida diaria: dormir, trabajar, salir, disfrutar de lo cotidiano. La diferencia clave está en la duración, la intensidad y el impacto. Mientras que la ansiedad adaptativa es puntual y pasa, en un trastorno la ansiedad se mantiene, se intensifica y afecta distintas áreas de tu vida.
Conocer los trastornos de ansiedad, es decir, los tipos, es importante porque no todos se presentan igual. Identificar qué forma toma en tu caso puede ayudarte a entender mejor lo que sientes y a buscar el tratamiento adecuado.
Trastornos de ansiedad: tipos y características principales

Aunque todos los trastornos de ansiedad suelen compartir una base común, como el miedo, la preocupación intensa y los síntomas físicos, cada uno tiene sus propias características. Conocer los tipos de trastornos de ansiedad te permite identificar cuál se parece más a lo que estás viviendo y entender por qué te sientes así.
A continuación, aunque existen más tipos de trastornos de ansiedad, te explico los principales de forma clara, con ejemplos que puedes reconocer fácilmente:
1. Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
El TAG es como tener una “preocupación de fondo” que nunca se apaga. No es solo estar nervioso por algo puntual, sino vivir con una inquietud constante, aunque todo parezca estar bien.
¿Cómo se siente?
Es como si tu mente siempre estuviera buscando algo que podría salir mal. Te preocupas por tu salud, el trabajo, el dinero, tu familia... incluso cuando no hay razones claras.
Síntomas más comunes:
- Tensión muscular continua
- Dolores físicos sin causa médica
- Cansancio incluso después de descansar
- Problemas para concentrarte
- Dificultad para tomar decisiones por miedo a equivocarte
- Dificultades para dormir
Ejemplo cotidiano:
Estás en casa, todo está tranquilo, pero tu mente ya está pensando “¿y si mañana pasa algo malo?”, “¿y si me enfermo?”, “¿y si pierdo el trabajo?”, sin poder parar ese bucle.
2. Trastorno de pánico
Aquí la ansiedad no es constante, pero aparece de forma repentina e intensa en forma de ataques de pánico. Son episodios muy fuertes que pueden dar la sensación de estar teniendo un infarto o de que “te vas a morir”.
¿Cómo se siente?
De pronto, sin un motivo claro, el corazón se acelera, te cuesta respirar, sientes que te vas a desmayar o que estás perdiendo el control.
Síntomas durante un ataque:
- Taquicardia
- Sudoración
- Temblor
- Sensación de ahogo
- Náuseas o molestias en el estómago
- Miedo intenso a volverse loco, morir o perder el control
Lo que suele pasar después:
Miedo a que vuelva a ocurrir. Muchas personas empiezan a evitar lugares o situaciones por si se repite el ataque, lo que puede llevar al aislamiento.
3. Agorafobia
A veces se confunde con “miedo a salir de casa”, pero en realidad es miedo a estar en lugares donde escapar o recibir ayuda sería difícil si se presenta una crisis de ansiedad. Por ejemplo, se puede temer usar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer cola o estar entre multitudes.
¿Cómo se siente?
La persona no teme el lugar en sí, sino lo que podría pasarle ahí si se siente mal: desmayarse, tener un ataque de pánico, no poder escapar.
Situaciones que se evitan con frecuencia:
- Viajar en transporte público
- Ir al cine, conciertos o centros comerciales
- Estar en filas o lugares con mucha gente
- Salir solo o alejarse de “lugares seguros”
En casos graves:
La persona puede dejar de salir completamente, lo que afecta profundamente su calidad de vida.
4. Fobia específica
Aquí la ansiedad se activa solo ante algo muy concreto: un objeto, situación o animal. El miedo es tan intenso que se vuelve incontrolable, aunque la persona sepa racionalmente que no representa un peligro real.
Ejemplos más frecuentes:
- Volar en avión
- Ver sangre o recibir una inyección
- Estar cerca de ciertos animales (perros, arañas, pájaros)
- Lugares cerrados (ascensores, túneles)
¿Cómo afecta?
La persona hace todo lo posible por evitar esa situación, lo que puede limitar mucho su vida. Por ejemplo, alguien con fobia a volar puede rechazar trabajos, vacaciones o eventos familiares.
5. Fobia social (ansiedad social)
Aquí el miedo está en el juicio de los demás. Las personas con fobia social temen hacer el ridículo, ser observadas o criticadas. La ansiedad aparece en casi cualquier situación social, y no es simple timidez.
Situaciones que generan ansiedad:
- Hablar en público
- Comer o escribir frente a otras personas
- Participar en reuniones o clases
- Empezar conversaciones
- Ser el centro de atención
¿Qué suele pasar?
Se evita todo lo que implique exposición social. Esto puede generar aislamiento, dificultades laborales o problemas para establecer relaciones personales.
6. Trastorno de ansiedad por separación
Aunque suele asociarse con niños, también ocurre en adultos. Es un miedo intenso y desproporcionado a separarse de una figura de apego: padres, pareja, hijos, amigos cercanos.
¿Cómo se vive?
- Preocupación constante de que le pase algo malo a esa persona
- Ansiedad anticipatoria antes de una separación
- Necesidad de saber dónde está la otra persona en todo momento
- Dificultad para estar solo, incluso por poco tiempo
- Pesadillas o síntomas físicos (dolor de barriga, náuseas)
En adultos, muchas veces se malinterpreta como “dependencia emocional” o celos, pero tiene una raíz ansiosa.
7. Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
El TEPT aparece después de vivir una situación traumática. Puede ser un accidente, una agresión, una pérdida repentina, una experiencia de violencia o cualquier evento que haya superado la capacidad de la persona para afrontarlo en ese momento.
¿Cómo se manifiesta?
- Recuerdos intrusivos del evento (flashbacks)
- Pesadillas relacionadas con lo ocurrido
- Evitación de lugares, personas o situaciones que lo recuerden
- Hipervigilancia constante (estar siempre en alerta)
- Reacciones intensas ante ruidos o estímulos similares al trauma
- Cambios de humor, culpa o dificultad para disfrutar de la vida
A veces, los síntomas no aparecen de inmediato, sino semanas o meses después del hecho traumático. Muchas personas con TEPT sienten que “algo se rompió” dentro de ellas y no logran recuperar la seguridad ni la tranquilidad.
Este trastorno también está dentro del grupo de los trastornos de ansiedad, ya que comparte síntomas como el miedo, la evitación y la activación física constante.
¿Qué tienen en común todos los trastornos de ansiedad?

Aunque cada uno de los tipos de trastorno de ansiedad tiene sus propias características, todos suelen compartir ciertos elementos clave. Estas similitudes ayudan a los profesionales a identificarlos y a las personas a comprender que lo que sienten no es aislado ni extraño.
Miedo o preocupación desproporcionada
La ansiedad se activa ante situaciones que no representan un peligro real o que no justifican una reacción tan intensa. La persona lo sabe, pero no puede evitar sentirse así. Esa es una de las señales más claras de que se trata de un trastorno.
Ejemplo:
Una persona con fobia social puede sentir un miedo muy fuerte antes de una reunión en el trabajo. No es que le falten habilidades para hablar, ni que haya una amenaza real, pero su mente le dice: “Vas a quedar en ridículo”, “Te van a juzgar”. O alguien que ha tenido un ataque de pánico en el supermercado puede empezar a evitarlo, no porque el lugar en sí sea peligroso, sino por el miedo a que vuelva a ocurrir.
Síntomas físicos intensos
La ansiedad no solo se siente en la mente, también se expresa en el cuerpo. Entre los síntomas más comunes están:
- Palpitaciones
- Tensión muscular
- Sudoración
- Mareos
- Dificultad para respirar
- Malestar estomacal
En muchos casos, estos síntomas físicos son tan intensos que la persona llega a pensar que tiene un problema médico grave, como muchas veces pasa en los ataques de pánico.
Evitación
Para intentar sentirse mejor, es común que la persona empiece a evitar situaciones que activan su ansiedad: salir, hablar, exponerse, viajar, separarse de alguien o incluso pensar en ciertos temas. A corto plazo puede parecer útil, pero a largo plazo suele aumentar el problema y limitar cada vez más la vida diaria.
Es por eso por lo que es tan importante la detección y el tratamiento temprano.
Interferencia en la vida cotidiana
La ansiedad empieza a afectar el trabajo, el estudio, las relaciones, el descanso o el disfrute personal. Puede hacer que una persona deje de hacer cosas importantes por miedo o incomodidad. Eso es lo que convierte la ansiedad en un trastorno: deja de ser una emoción útil y empieza a ser un obstáculo.
Entender estas similitudes ayuda a reconocer que, aunque cada caso es único, no estás sola/o en lo que sientes. Los trastornos de ansiedad comparten una base común, y también comparten una posibilidad real de ser tratados.
¿Cómo se diagnostica cada tipo de trastorno?

Saber que algo no va bien es un primer paso, pero identificar exactamente qué tipo de trastorno de ansiedad tienes requiere una evaluación profesional. No se trata solo de leer síntomas en internet o de sentirse identificado con una descripción. El diagnóstico debe hacerlo un especialista en salud mental. Tengo un artículo dedicado únicamente a cómo se diagnostican los trastornos de ansiedad, ¡te lo recomiendo!
Evaluación clínica
Todo empieza con una conversación o entrevista. Un psicólogo o psiquiatra te hará preguntas sobre:
- Cuándo comenzaron los síntomas
- Qué situaciones te generan malestar
- Cómo afecta la ansiedad tu vida diaria
- Si tienes antecedentes personales o familiares relacionados
- Cómo respondes ante ciertas emociones o contextos
Esta entrevista clínica es clave para diferenciar entre los distintos tipos de trastornos de ansiedad y otros problemas que pueden parecerse, como depresión, estrés o problemas médicos.
Criterios diagnósticos (DSM-5 o CIE-11)
Los profesionales utilizan manuales como el DSM-5 (usado en muchos países) o la CIE-11 (de la Organización Mundial de la Salud) para identificar qué criterios se cumplen y definir el tipo de trastorno.
Esto no significa “poner una etiqueta”, sino tener un punto de partida claro para saber cómo ayudarte mejor.
Pruebas o cuestionarios
En algunos casos, también se pueden utilizar herramientas complementarias como:
- Cuestionarios de ansiedad generalizada (GAD-7)
- Inventarios de ansiedad social o de pánico
- Entrevistas estructuradas para evaluar síntomas específicos
Estas herramientas ayudan a recoger más información, pero no reemplazan la entrevista clínica.
Algo importante a tener en cuenta es que un diagnóstico no es una sentencia. Es una guía que te permite entender por qué te sientes como te sientes, y qué estrategias pueden ayudarte. A veces solo ponerle nombre a lo que te pasa ya alivia parte del malestar.
¿Se puede tener más de un tipo de trastorno de ansiedad?

Sí, es posible. De hecho, muchas personas tienen más de un tipo de trastorno de ansiedad al mismo tiempo, o presentan síntomas que se superponen entre varios. Esto se conoce como comorbilidad y es más común de lo que parece.
¿Cómo se da esta combinación?
Por ejemplo, una persona puede tener:
- Trastorno de pánico y desarrollar agorafobia por miedo a tener un ataque en público.
- Ansiedad generalizada junto con fobia social, sintiéndose preocupada por todo y, además, muy insegura al interactuar con otros.
- TEPT después de un evento traumático, y a la vez experimentar ataques de pánico ante ciertos estímulos.
Esto no significa que el problema sea más “grave”, sino que el malestar tiene varias capas, y el tratamiento debe adaptarse a ellas.
El diagnóstico no es una etiqueta
Es importante entender que los nombres —trastorno de ansiedad, etiquetas clínicas, categorías— no definen quién eres. Sirven para que el profesional entienda qué está pasando y cómo ayudarte mejor, no para encasillarte ni limitarte.
Cada persona es única, y aunque dos personas compartan un mismo diagnóstico, su experiencia puede ser muy diferente y así mismo su tratamiento.
Si sientes que tu ansiedad no encaja del todo en una sola categoría, no eres la única persona. Es muy común que los síntomas se mezclen, y por eso una buena evaluación clínica es tan importante.
¿Cómo puede ayudarte la terapia según el tipo de ansiedad que tengas?
Saber qué tipo de ansiedad tienes es importante, pero lo más valioso es saber qué hacer con ello y aplicar el tratamiento más adecuado a tu situación. Por eso, en terapia no solo identificamos si se trata de un trastorno de ansiedad generalizada, ataques de pánico, fobias o trastorno obsesivo-compulsivo, sino que diseñamos herramientas específicas para cada uno.
En consulta aprenderás a calmar tu mente cuando los pensamientos no te dejan en paz, por ejemplo si te preocupas todo el tiempo sin motivo claro. También trabajaremos el miedo a perder el control, como cuando tras un ataque de pánico temes que vuelva a suceder. Si evitas salir de casa, estar en lugares concurridos o separarte de alguien, avanzaremos paso a paso para recuperar tu libertad sin presiones y sin que te sientas solo en el proceso.
Muchas personas con ansiedad sienten que no valen lo suficiente o que siempre están siendo juzgadas. En esos casos, la terapia fortalece tu autoestima y te ayuda a sentirte más seguro en situaciones sociales o personales. Y si tu ansiedad viene de una experiencia difícil del pasado, aprenderás a procesar lo vivido para que deje de condicionar tu presente.
Cada proceso es distinto, pero hay algo que se repite: con un abordaje ajustado al trastorno que padeces, la ansiedad se puede entender, gestionar y transformar. No existe un único camino: lo más importante es que te sientas acompañado, entendido y respetado. La terapia no es solo “hablar”, sino construir herramientas reales para vivir con más calma y confianza.
Conocer tu tipo de ansiedad es el primer paso. El segundo es aplicar el tratamiento adecuado a tus necesidades para vivir con menos miedo. Si necesitas apoyo en ese camino, estoy aquí para ayudarte. Te invito a que visites mi página Supera tu Ansiedad y te pongas en contacto conmigo. Como especialista en trastornos de ansiedad, juntos encontraremos la mejor forma de acompañarte hacia un día a día más tranquilo y pleno.
Preguntas frecuentes sobre los tipos de trastornos de ansiedad

¿Cuál es el trastorno de ansiedad más común?
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es uno de los más frecuentes. Se caracteriza por una preocupación constante por muchas áreas de la vida, incluso sin una causa clara.
¿Cómo saber qué tipo de ansiedad tengo?
Solo un profesional puede dar un diagnóstico claro. Sin embargo, conocer los tipos de trastorno de ansiedad y sus síntomas puede ayudarte a identificarte y decidir cuándo pedir ayuda.
¿Los síntomas físicos cambian según el tipo?
Sí. Aunque hay síntomas comunes (como palpitaciones o tensión muscular), algunos tipos tienen rasgos más específicos. Por ejemplo, en el trastorno de pánico predominan las crisis intensas, mientras que en la ansiedad social el cuerpo reacciona más en situaciones públicas.
¿Es necesario tomar medicación en todos los casos?
No. Muchos casos se tratan con terapia psicológica sin necesidad de medicación. A veces se combina con fármacos, pero eso depende del caso y siempre debe decidirlo un profesional médico.
Bibliografía
- American Psychiatric Association (APA). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5), 5th Edition.
- Reyes-Ticas, J. A. (2010). Trastornos de ansiedad: guía práctica para diagnóstico y tratamiento. Biblioteca Virtual en Salud. Enlace externo
- Delgado, E. C. et al. (2021). Generalidades sobre el trastorno de ansiedad. Revista Cúpula. Enlace externo
- National Institute of Mental Health (NIMH). Anxiety Disorders. Enlace externo
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Enlace externo
- Asociación Americana de Psicología (APA). Understanding and treating anxiety disorders. Enlace externo
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